CAMA 2013: Las tortugas marinas de Canarias, un bioindicador de contaminación

La doctora María Camacho y el biólogo Manuel Carrillo centraron en la tortuga boba sus ponencias en la Conferencia Atlántica de Medio Ambientemanuel carrillo y maria camacho2013

La Conferencia Atlántica de Medio Ambiente (jueves 17 y viernes 18 de octubre, Centro Bibliotecario Insular, Puerto del Rosario), acogió esta mañana las ponencias de dos científicos especializados en fauna marina, la doctora veterinaria majorera María Camacho Rodríguez, y el biólogo Manuel Carrillo y presidente de la Fundación Canarias Conservación, que centraron sus intervenciones en la especie Caretta caretta, o tortuga boba.

La tortuga boba es una de las especies marinas emblemáticas de Canarias, pues estas aguas sirven de hábitat a las poblaciones procedentes de América, que pasan en el Océano Atlántico la etapa juvenil de sus vidas. Sobre esta especie catalogada en peligro de extinción en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), principal órgano mundial en la materia, María Camacho ha realizado una tesis doctoral pionera a nivel mundial sobre contaminación marina. Por su parte, Manuel Carrillo lleva cuatro años realizando campañas de estudios para conocer el volumen y el estado de esta población en el Archipiélago.

María Camacho explicó como las tortugas marinas, según una directiva del Parlamento Europeo del año 2008, han sido consideradas como bioindicadores de la salud del medio marino, de manera que a partir de su evaluación es posible extrapolar el estado general de un hábitat marino concreto.

La tesis de esta veterinaria natural de Fuerteventura se ha centrado en estudiar la presencia de elementos contaminantes tóxicos persistentes, o CTPs, en la sangre de las tortugas marinas, concretamente en la mencionada especie Caretta caretta. «La presencia de los elementos contaminantes persistentes se encuentra documentada en animales y en humanos, y se conoce que son causantes de problemas de salud relacionados principalmente con el funcionamiento del sistema endocrino y los consiguientes problemas reproductivos. No obstante, hasta ahora se trataba de una realidad escasamente estudiada en el ámbito de las tortugas marinas».

Tras seis años de investigación en esta tesis doctoral, concluida la pasada semana –el documento cuenta ya con seis artículos científicos publicados en revistas internacionales indexadas, y un séptimo pendiente de publicar-, la doctora Camacho ha concluido que los contaminantes persistentes se encuentran presentas en las tortugas que habitan tanto en aguas canarias como en las de Cabo Verde.

Camacho destaca como concluida la investigación ha sido posible «realizar  asociaciones entre los altos niveles de contaminantes y las alteraciones de parámetros clínicos indicadores de patologías como la anemia o la inmunodepresión, que hace a estos animales más propensos a sufrir otras enfermedades».

Los trabajos de muestreo en el trabajo de campo, análisis en el laboratorio y proceso de datos han supuesto una importante aportación al estudio de estos animales en los ámbitos veterinario, clínico y toxicológico. Entre los descubrimientos de esta tesis, destacan innovaciones sobre metodología clínica aplicable en centros de recuperación de fauna de todo el mundo, así como nuevos e importantes conocimientos sobre los niveles de contaminantes persistentes en los hábitat marinos de Canarias.

Estos resultados tendrán una utilidad concreta a la hora de mejorar el tratamiento o la terapia de las tortugas que aparecen accidentadas en todo el mundo, y a las que se aplican primeros auxilios y otros tratamientos veterinarios, especialmente en lo que respecta a las terapias de fluidos.

En este sentido, María Camacho ha citado una nueva causa de varamiento de estos animales, una patología de la glándula de sal, concretamente una adenitis de este órgano que permite a las tortugas procesar la sal del agua marina. «Se ha detectado  en los especimenes estudiados una alta frecuencia (86%) de acidosis metabólica, un desequilibrio del ácido base que supone un tipo de deshidratación».

Contaminantes. Existen sustancias tóxicas que se han introducido en nuestro modo de vida, puesto que al ser persistentes su presencia se acumula en el medio ambiente ocasionando un perjuicio a las especies y a los seres humanos, dado que permanecen dentro de la cadena alimenticia. Estos elementos contaminantes proceden en una parte importante de los pesticidas que durante décadas se utilizaron en las explotaciones agrícolas. Una directiva europea prohibió la utilización de estas sustancias químicas en la zona comunitaria, pero en otras regiones sin esta reglamentación, como los países en vías de desarrollo, se siguen utilizando.

Población de tortugas en Canarias

El biólogo Manuel Carrillo Pérez, asesor ambiental, fundador de Canarias Conservación y director del proyecto La Senda de Los Cetáceos, lleva cuatro años dirigiendo campañas de estudio para evaluar la situación y evolución de la tortuga boba en Canarias a partir de tres zonas de estudio localizadas en las costas sur de Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote.

«Utilizamos la metodología denominada de transectos, que se basa en un programa de trayectos marinos que se realizan en embarcaciones científicas para documentar avistamientos de animales marinos. En función de los animales registrados será posible, una vez concluido el estudio, estandarizar un sistema de estudio que permitirá estudiar y evaluar la evolución de la población de tortugas, así como también de otros animales como cetáceos y aves marinas».

Carrillo explica como estas campañas de avistamiento son complicadas, «pues para completar el modelo será necesario recorrer 2000 millas para poder realizar unos 80 avistamientos. Por el momento llevamos unas 400 millas realizando transectos entre la costa y una línea trazada en alta mar, con campañas de ocho horas diarias y un mínimo de tres observadores». En Fuerteventura, destaca la colaboración de la asociación de voluntarios Avanfuer.

Las tortugas boba que habitan en Canarias proceden en su gran mayoría (más del 80%) de las poblaciones americanas, siendo ejemplares juveniles de un máximo de 40-45 centímetros de caparazón que pasan una parte inicial de sus vidas en el Atlántico.

Un apartado de este estudio se ha dedicado al seguimiento por satélite de una veintena de ejemplares, «un procedimiento costoso, porque el dispositivo se acaba perdiendo, aunque supone un aporte de datos de investigación inestimable».

Concretamente en Fuerteventura, destaca la costa de barlovento como zona predilecta para la tortuga boba. En esta costa, a la altura de Ajuy, existe una plataforma que se extiende hasta 12 millas mar adentro (unos 20 kilómetros), con una lámina de agua de menos de 100 metros. «El choque de la corriente fría submarinas con esta plataforma produce una elevación de los nutrientes que hace de este litoral uno de los más ricos de Canarias, y es por ello que es tan abundante en marisco y en pescado. Las tortugas evidentemente conocen este hecho, y utilizan esta zona para resguardarse y alimentarse».

CAMA 2013

La Conferencia Atlántica de Medio Ambiente es el foro ambiental que decimotercera organiza el Cabildo de Fuerteventura. En esta edición, titulada ‘Sociedad y Sostenibilidad Ambiental’, comparecerán durante dos jornadas una docena de ponentes expertos en diferentes materias como las últimas investigaciones relacionadas con l contaminación marina y su afección al ser humano, la situación de especies como el guirre, la tortuga boba y los sebadales de Canarias, y de manera especial, la problemática que mayor interés y preocupación viene despertando en la sociedad de las Islas: las prospecciones petrolíferas.

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