Los Museos deben ser para todos

 

Las páginas de esta revista, en su ejemplar del pasado mes de enero, nos ofrecían una entrevista al Presidente del Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo Insular de Tenerife. De ella se desprendía un positivo talante y una firme decisión de trabajar por nuestros museos.

Desde la necesidad de que las barreras culturales desaparezcan, se tiene que conseguir que esos museos y centros puedan ser visitados, sin limitación alguna, por todas las personas. La tarea de hacer accesible un museo, que podría parecer difícil, está totalmente definida y se ha logrado en muchas ciudades. Los museos que se han adaptado, han salido beneficiados en cuanto que es un valor añadido el poder facilitar la comprensión y la sensibilización social.

Adaptar un museo empieza por facilitar la llegada al mismo. Para ello debemos contar con aparcamientos especiales para discapacitados próximos a las entradas, señalizaciones claras, semáforos adaptados…

Una vez dentro las sillas de ruedas no deben encontrar barrera alguna para llegar a todas las salas y se debe aprovechar la infinidad de recursos existentes, que permitirán disfrutar de las exposiciones con todos nuestros sentidos. Recursos perfectamente diseñados, como las maquetas, reproducciones, relieves…, recursos que permitirán disfrutar, con el tacto, de las maravillas que se expongan. Sistemas de audio y audio guías…, recursos que permitirán disfrutar, con el oído, de cuanto se muestre en las salas.

Y no podemos esperar a que el museo esté inaugurado. La mayoría de las inversiones que se hacen en museos, no contemplan la accesibilidad integral. Esto debe cambiar. Desde que se desarrolla el proyecto se tiene que contemplar este particular.

De lo que se trata, en definitiva, es  que la persona que se ha desplazado hasta allí, pueda acceder a los valores culturales que el museo oferta.

Son muchos los niños y jóvenes que se encuentran escolarizados y es evidente que necesitan acudir y disfrutar de la riqueza cultural de los museos. Son muchos los mayores que, con discapacidad o no, tal vez simplemente porque se cansan, necesitan que la accesibilidad al lugar sea completa.

Tenemos en curso la obra de un importante museo. El Oscar Domínguez debe ser un ejemplo. El IODACC tiene que ser para todos. Estamos a tiempo de conseguirlo. También es cierto que nunca es tarde para que los museos que actualmente están funcionando, se vayan adaptando poco a poco a las necesidades de los ciudadanos.

El Sr. Presidente del Organismo Autónomo de Museos y Centros dependientes del Cabildo Insular de Tenerife decía en la entrevista que se había decidido a entrar en política, porque es desde donde puede “lograr todos sus logros”. Yo le pediría que incluyera, en su lista de logros, la accesibilidad integral de todos nuestros museos.

Porque como alguien dijo un día:  “La importancia de un museo no depende de la cantidad de personas que recibe diariamente, ni tampoco del número de tesoros que custodia o los metros cuadrados de sus instalaciones. Lo más valioso de un museo es el procedimiento utilizado para comunicar con la sociedad y la posibilidad real de contribuir positivamente en la experiencia vital del visitante”.
 
Ana Mengíbar

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