Las Comunidades Terapéuticas son dispositivos asistenciales en materia de drogodependencia que son susceptibles de extrapolarse a otros campos de actuación. Su peculiaridad reside en el tipo de tratamiento que ofrece, caracterizado por desarrollarse en régimen de internamiento.
El alejar a la persona con patrones de comportamientos disfuncionales del entorno donde confluyeron las variables que originaron su problema es vital para la recuperación. En el caso de las drogodependencias, la vuelta del individuo, tras la intervención, a su entorno social, donde hay establecidas relaciones desadaptativas resulta, en la mayoría de los casos, en un mal pronóstico.
Los patrones de conducta del consumo de drogas están condicionados a los estímulos del entorno más inmediato, que estimulan el craving o deseo de consumo. Es por ello, que para que aumenten las probabilidades de éxito de la intervención, el tratamiento pasa por la modificación de variables internas (el desarrollo de habilidades personales), pero también de las externas que rodean a la persona. La CT permite una intervención de reeducación socio-personal donde el sujeto está inmerso en un entorno controlado, estructurado y exento de estímulos elicitadores de la conducta problema, lo que favorece enormemente la rehabilitación.
En un alto porcentaje de las personas adictas existen antecedentes toxicológicos en los miembros de su familia. Además, sus alternativas de ocio están relacionadas con grupos sociales de riesgo, procedentes de ese entorno más inmediato. En otras ocasiones, la recaída (o vuelta a la dinámica de consumo de drogas) tiene un significado para la persona y/o para la familia, debido a las relaciones disfuncionales establecidas en el seno familiar.
Es necesaria la reeducación con el propósito de que se generen nuevas pautas de conductas incompatibles con el consumo de drogas. La intervención que se lleva a cabo en las CCTT consiste en la administración de consecuencias contingentes y coherentes que repercuten en el comportamiento adictivo. La persona es internada a expensas de destinar toda su atención a la resolución de su problema.
El periodo de internamiento es aproximadamente de 5 meses. El tratamiento es clínico y socio-terapéutico, y proporcionado por un equipo multidisciplinar (médic@, psicólog@s, trabajador/a social, educador@s y responsables de talleres) desde un enfoque bio-psico-social.
Las CCTT ofrecen modelos de referencia positivos y adaptativos, facilitando el aprendizaje social de conductas funcionales, y permitiendo la puesta en práctica de los principios básicos de las teorías cognitivo-conductuales, además de las teorías motivacionales sobre el cambio.
El reforzamiento de actitudes de autocuidado, de manifestaciones conductuales pro estados de salud, la creación de espacios de interacción con grupos sociales normalizados, y la estimulación de la reinserción socio-laboral son fundamentales en el tratamiento de las drogodependencias.
La mayoría de la población usuaria de la CT “Fortaleza de Ansite” tiene una media de edad superior a los 35 años, son solteros y conviven en el seno familiar, por lo que el último paso de la intervención, en estos casos, consiste en la reinserción socio-laboral y la adquisición de su propia vivienda en un entorno nuevo, alejado de aquel donde se originó el problema. La CT permite dar este paso en la última fase del tratamiento, donde se compagina el proceso en el centro con la incorporación al mercado laboral.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que no existen las intervenciones a corto plazo. Son necesarias actuaciones destinadas a acompañar al sujeto durante la fase de mantenimiento una vez fuera del recurso. Por eso el seguimiento y supervisión de los logros conseguidos son objetivos en sí mismos.
Como ya afirma D. Domingo Comas Arnau (Sociólogo y presidente de la Fundación Atenea, Grupo GID), nos encontramos ante la evolución de las CCTT en España, las cuales presentan perspectivas de futuro, ya que su metodología se está expandiendo hacia otras áreas de intervención.