Día Internacional del Turismo, por Ana Mengíbar

Celebramos el día internacional del turismo y lo hacemos hablando de «accesibilidad universal». ¿Serán capaces, quienes dirigen nuestra comunidad, de aplicar las directrices de la accesibilidad universal? Si no es así, no se podrá hablar jamás, de Canarias como destino accesible.AnaMengibar2013

Suspendemos en «turismo para todos». No se puede decir «es que tenemos un hotel adaptado y un restaurante y una playa». Si queremos captar el negocio que reporta el turismo para todos, debemos acreditar que somos un destino turístico accesible. No se puede recibir al turista en unos aeropuertos cargados de barreras o en unos muelles donde no se ha respetado la accesibilidad. No podemos recibir al turista y decirle que no puede desplazarse porque no se cuenta con  transporte público adaptado, en la medida que la Ley establece. No podemos decirle que no puede acceder a museos y salas de exposiciones. No podemos decirle que no puede entrar en cualquier bar o en cualquier restaurante. No podemos decirle que no puede acceder y disfrutar de las playas (de las que quiera y no de las dos o tres que tienen ayuda al baño). No les podemos decir que transitar las calles y plazas es una verdadera odisea. No les podemos traer a unas ciudades en las que mesas y sillas de terrazas les impiden el paso. No pueden venir a una tierra en la que la accesibilidad universal no está en el ADN de nuestros gobernantes y, por tanto, las barreras de todo tipo, son majestuosas… Majestuosas porque no existe voluntad política para eliminarlas.

Alguien dijo que la accesibilidad es imprescindible para un 10% de la población, necesaria para un 40% y beneficia al 100% de los ciudadanos. Nadie duda que es más cómoda una rampa que unas escaleras, que es mejor un banco adaptado que uno que no lo está…

La accesibilidad es un factor que mide la calidad en el turismo, pues no puede considerarse de calidad, si no está al alcance de todos. Un 12% de ciudadanos presenta una discapacidad. Tenemos, por tanto, un 12% de la población mundial como potenciales turistas, a los que se tendrá que sumar a los acompañantes. Alemania tiene 81 millones de habitantes y Reino Unido 64. Sólo de estos dos países tenemos 17,4 millones de «turistas con discapacidad» que podrían viajar a un destino turístico accesible. Si fuéramos capaces de conseguir que toda la cadena que abarca la planificación y la información, los lugares de alojamiento, los servicios, la oferta de ocio, la oferta deportiva, el acceso a las riquezas culturales, a las paisajísticas…, y captáramos a un 5% de ellos -y sus acompañantes-, creo que sería «rentable».

Una vez dijimos a alguien que por qué no se aprovechaba la RIC, para incentivar la adaptación de negocios. También dijimos que se vigilaran las licencias de apertura de negocio… Dijimos que no podemos entrar, ni como espectadores, a muchos recintos deportivos. Dijimos que no podemos entrar a museos y a salas de exposiciones. Dijimos que no podemos entrar en las tiendas de ropa. Dijimos que no podemos ir a comer a cualquier restaurante. Dijimos que no podemos pasear por las calles. Dijimos que no podemos disfrutar de las playas… Y mucho más…

¡¡¡Hemos dicho tantas cosas!!!

¿Cuesta tanto aceptar que las reclamaciones de las personas con discapacidad son justas?¿Cuesta entender que detrás de la accesibilidad, y de la accesibilidad universal, hay oportunidades de negocio?

Es que…, además…, al colectivo de personas con discapacidad se le podría sumar el de mayores…, y otros…

¡¡¡Cuánto negocio estamos perdiendo!!! Por pensar solo en fiestas y saraos… Y en plenilunios que se hacen en «cuarto menguante»…

¡Qué barbaridad!

Ana Mengíbar

Presidenta Queremos Movernos

Debemos construir un mundo para todos.

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