A lo largo de la vida, prácticamente todas las personas recibiremos algún hemoderivado obtenido de la sangre. Cada día, muchos pacientes son sometidos a intervenciones quirúrgicas programadas, otros han sufrido accidentes de tráfico o laborales o padecen cáncer y deben someterse a tratamientos agresivos, etc. Todos ellos precisan de una transfusión. Esta es la principal razón por la que la sociedad necesita de personas que estén dispuestas a donar su sangre, bien para llevar la esperanza a dichos pacientes, para mejorar su calidad de vida e incluso para salvársela.
La donación habitual es el camino que los especialistas apuntan desde hace años para esta materia, como el camino más idóneo para una mayor seguridad transfusional y eso significa que debemos garantizar el suministro de los hemoderivados con donaciones altruistas, de ciudadanos cuya conciencia social entiende que su responsabilidad es del más alto nivel social y sanitario.
Si queremos disponer de una transfusión segura, debemos partir de una DONACIÓN VOLUNTARIA, ALTRUISTA Y RESPONSABLE.
La donación de sangre es un acto responsable respecto a otros seres humanos y a la sociedad en que vivimos. La donación es un gesto solidario. A través de ella se instaura una nueva forma de comunicación y solidaridad entre los seres humanos y sólo le reportará la satisfacción de haber hecho una obra útil y, por supuesto, como cualquier tejido u órgano humano, la sangre nunca será tratada como una “mercancía”.
LA DONACIÓN DE SANGRE
La donación voluntaria, altruista y responsable contribuye a disponer de un sistema sanitario eficiente y de calidad. La sangre o cualquiera de sus componentes tiene una caducidad por lo que las donaciones deben de ser constantes.
Producto |
Caducidad |
Concentrado de Hematíes |
42 días |
Plasma |
2 años |
Pooles de plaquetas |
5 días |
Plaquetas |
5 días |
GRUPOS SANGUÍNEOS
Se han descubierto muchos sistemas de grupos sanguíneos. Entre todos ellos destacan, por su importancia inmunológica a la hora de la transfusión, los grupos pertenecientes a los sistemas ABO y al RH.
Sistema ABO: Todas las personas pertenecen a uno de estos cuatro grupos sanguíneos: A, B, AB y O, en función de la existencia de unas sustancias (proteínas-antígenos) que se encuentran en la superficie de los glóbulos rojos.
Sistema RH: La mayoría de la gente (85%) posee una característica de los glóbulos rojos conocida como el factor Rh o Antígeno D. Cuando el Antígeno D está presente, se designa el tipo sanguíneo como Rh Positivo, y cuando el Antígeno D no está presente se designa como Rh negativo.
Antes de cada acto transfusional hay que realizar pruebas de compatibilidad entre la sangre del donante y la del receptor para prevenir posibles reacciones adversas graves en éste.
En nuestra Comunidad Autónoma los grupos sanguíneos se distribuyen así entre la población.
Grupo |
Distribución en la población |
% Factor Rh |
|
O |
45 % |
+ |
38.3 % |
– |
6.80% |
||
A |
40 % |
+ |
34.00 % |
– |
6.00 % |
||
B |
10 % |
+ |
8.5 % |
– |
1.5 % |
||
AB |
5 % |
+ |
4.2 % |
– |
0.7 % |
DONACIÓN DE SANGRE EN CANARIAS
La Red Transfusional Canaria está plenamente consolidada gracias al proceso de centralización que ha tenido lugar durante los últimos años y que ha permitido que dispongamos de una red donde se integran por igual todos los hospitales públicos y privados de las islas. Se ha conseguido así, homogeneizar la calidad de los hemoderivados en nuestra Comunidad Autónoma, asegurar el suministro de los mismos en situaciones ordinarias y de urgencia y que todo pueda hacerse al menor coste posible.
Sin embargo, nada de esto sería real sin los donantes altruistas, ya que son quiénes garantizan la estabilidad del sistema para que funcione con absoluta normalidad.
Los donantes habituales desarrollan una colaboración anónima y desinteresada que, de modo solidario y altruista aporta las donaciones que se necesitan para que de rutina los hemoderivados de la sangre estén siempre esperando al enfermo o receptor y los problemas se puedan abordar sin dificultad ni alarmismo. Gracias a ellos nuestra sociedad crece y comparte con madurez la solución de un problema que como tantos otros demuestra que los canarios nos necesitamos los unos a los otros.
Los técnicos que trabajan en el ámbito de la promoción de la donación saben que son muchos los inconvenientes a la hora de conseguir que la población acepte la donación de sangre y aféresis como hábitos socialmente saludables y en definitiva como un deber ciudadano. También saben que sólo con la aplicación de políticas de actuación en el ámbito de la fidelización, la comunicación y la concienciación, la población canaria obtendrá una conducta cada vez más positiva y solidaria hacia la donación habitual como así viene ocurriendo durante los últimos ocho años, donde la aplicación del concepto de desarrollo sostenible de la promoción es real y permite que cada año sean más los canarios que se incorporen a la donación de sangre y a la donación de aféresis.
Nuestros objetivos siguen siendo los mismos: acercar la donación de sangre en la Comunidad Autónoma Canaria al nivel de autoabastecimiento necesario en función de la demanda e incrementar al máximo la seguridad transfusional. Nuestra mejor aliada para conseguirlo es la constancia que demuestran los profesionales de la hemodonación y hemoterapia de nuestras islas y, por supuesto, los donantes habituales de nuestra Comunidad Autónoma que son el mayor y mejor ejemplo de que el altruismo existe en una sociedad como la nuestra en la que algunos valores parecen perdidos.