La Orotava, emotivo y merecido homenaje a Elisa González, fundadora del primer hogar y escuela de sordos de Canarias

Se ha colocado un panel informativo en la calle Cólogan por fuera de la que fue su vivienda

La Villa ha rendido un merecido homenaje a quien fue una mujer de pro en sus tiempos, pues a pesar de sufrir una discapacidad destacó por su constante superación y lucha para ayudar a los demás: Elisa González de Chaves, fundadora del primer Hogar y Escuela de Sordos de Canariaslaorotavahomenajesordos2015

El reconocimiento a su figura se llevó a cabo en la calle Cólogan en La Orotava, en el lugar donde vivió varios años, hasta que marchó a la capital. Por fuera de esta vivienda, la nº 3 en la citada vía, se colocó un panel informativo sobre su vida y proeza a favor de las personas sordas del archipiélago, siendo actualmente el único panel personalizado en todo el conjunto histórico.

El Pleno de la corporación municipal acordó por unanimidad esta propuesta, elevada y aprobada previamente por la Comisión Informativa de Salud y Bienestar Social que preside Belén González Rodríguez, quien a su vez se hizo eco de la proposición de Antonio Luque, nieto-sobrino de la homenajeada.

El acto, presidido por el alcalde Francisco Linares y la concejala de Bienestar Social Belén González, contó también con el citado Antonio Luque y la sobrina de Elisa González de Chaves, Aída Hernández González de Chaves. Asimismo, asistieron miembros de Funcasor (Fundación Canaria para el Sordo); de Fasican (Federación de Asociaciones de Personas Sordas de las Islas Canarias), entidad que además ofreció una intérprete para el acto, y alumnos del Ciclo Superior de Interpretación de la Lengua de Signos del IES La Laboral de La Laguna.

Belén González, tras un cálido saludo a los presentes con la lengua de signos,  ofreció unas palabras resaltando la gran labor de esta ejemplar mujer, quien a pesar de tener una discapacidad auditiva, aprendió a vivir con ello y superarse, a la par de dar grandes pasos para ayudar a otras personas que sufrían el mismo problema. Así, hizo grandes acciones y proyectos a favor del colectivo de los sordos, “y para los villeros en un orgullo poderle hacerle este digno y justo reconocimiento”.

Antonio Luque, impulsor de esta iniciativa, desglosó la trayectoria de su tía abuela, valorando sus principales acciones y logros en pro de los demás. Aseveró que se le hace un justo homenaje por su tenacidad, paciencia, generosidad y consagración absoluta a las personas sordas.

El alcalde Francisco Linares cerró el acto subrayando las palabras en reconocimiento a Elisa González de Chaves y agradeció a Luque que presentara tal propuesta al Ayuntamiento, ya que realmente es un homenaje meritorio por toda la labor ejemplar y única que realizó, a pesar de sus dificultades, en favor de las personas que padecen discapacidad auditiva. Han pasado más de 100 años de su nacimiento, y es una figura desconocida para muchos y poco reconocida, “y ahora por fin recibe un digno reconocimiento por su labor y dedicación”. Por tal motivo—recalcó –  se coloca en su casa natal un panel informativo personalizado, único en el casco histórico, ya que su figura y su labor lo merece para que siempre quede reflejado, y así lo valoren vecinos y foráneos.

ELISA GONZÁLEZ DE CHAVES

Elisa González de Chaves nació en La Orotava el 12 de junio de 1914 y murió en Santa Cruz de Tenerife en 1967 con solo 53 años de edad. Fue hija de una familia de labradores hacendados y la menor de siete hermanos. Con las posibilidades auditivas muy mermadas desde su nacimiento, apenas desarrolló la facultad del habla. Su infancia transcurrió en el ambiente rural de la Cruz Santa en los Realejos, y cuando sólo tenía cuatro años perdió a su madre, víctima de la epidemia de gripe en 1918. Su padre le enseñó las primeras letras y fue a colegios del Valle como La Pureza de María en Puerto de la Cruz y La Milagrosa en La Orotava.

Tras fallecer su padre cuando ella tenía quince años, pasa grandes temporadas entre La Orotava y Santa Cruz. Un dictamen médico la declara incapaz para administrar sus bienes. Y por sus reducidas facultades es una joven introvertida y le cuesta hacerse entender. Pero conoce la existencia de un colegio donde  comprender las voces y poder hablar. Con esa motivación, acudió al Instituto Educativo de Sordos y Ciegos que existía en Barcelona. En esa institución aprendió a expresarse correctamente. También realizó un curso en la Association Saint-Vincent de Paul de Montpellier, Francia.

De regreso a Tenerife, con escasos medios, volcó todo sus esfuerzos a la educación y enseñanza de los sordos. Acudió a diversos lugares de la isla buscando a todas aquellas personas que sufrían de incapacidad auditiva y permanecían incomunicados, mostrándoles un nuevo camino en sus vidas. Así, fue capaz de reunir al primer grupo, enseñándoles día tras día sin descanso.

Entre 1957 y 1959 los trabajos de Elisa González empiezan a conocerse. Agustín Yanes Valer, estudiante en la Escuela Superior de Bellas Artes y luego sacerdote dedicado al apostolado entre los sordos y sordas del mundo, coopera con ella. Durante diez largos años luchó sin descanso para concienciar a la gente sobre la discapacidad auditiva.

En 1965 consigue un dictamen médico favorable y es capacitada para regir su vida y administrar sus bienes. Y aunque los recursos con los que contaban eran escasos, en 1967 encontró la ayuda y el lugar adecuado para abrir el primer Hogar y Escuela de Sordos de Canarias, en la calle Viera y Clavijo, en la capital tinerfeña. Fue un paso crucial hacia el ansiado reconocimiento oficial y su gran ilusión se convertía en realidad. Pero falleció en agosto de ese mismo año. Para ella “todos—sanos y enfermos—tienen derecho a aprender”. Y así lo logró.

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