Las patronales lanzaroteñas continúan a vueltas con ciertos comunicados de denuncia sobre la “supuesta mala imagen turística” que provoca en el exterior la estrategia de internacionalización de la causa contra las prospecciones petrolíferas que se lleva a cabo en Canarias; esto es, llevando la oposición y el rechazo a la realización de las mismas a cuantos foros nos sea posible.
En esta ocasión, la denuncia la ejercen concreta y simplemente por permitir la exposición de una pequeña octavilla, de unos 10 x 8 cm, aproximadamente, en el stand de Lanzarote en la feria ITB de Berlín, anunciando una conferencia que tendría lugar fuera de este evento y sin que dicho folleto tuviera ninguna “imagen de playas negras en la isla”, como han afirmado, o el asunto fuera objeto de debate por parte del Cabildo en el seno de la propia feria. Por cierto, que no he escuchado a ninguna de estas patronales lanzaroteñas afear la conducta del presidente del Gobierno de Canarias cuando en su discurso institucional ha realizado acertadas alusiones a esta amenaza en todas y cada una de sus intervenciones, y en todas y en cada una las ferias de turismo a las que asisten, el presidente y las patronales. Habrá sido un despiste.
Por razones obvias, a la administración en general, y a mí en particular, nos conviene una cordial relación con las patronales empresariales y no puede ser otra mi vocación como presidente del Cabildo. Diré más, a pesar de mis humildes orígenes y un presente ajeno a cualquier actividad empresarial, siempre he estado orgulloso y he defendido la importancia del tejido empresarial local como auténtico motor de la economía y generador de empleo, y me siento muy alejado de los planteamientos que, tan populista y electoralmente, demonizan a todo empresario por sistema.
Tal es así que, no en vano y a pesar del coste político, sindical y social que en su día pagué por ello, fui precisamente yo quien propuse, ignorando esas voces discrepantes, dar voz y voto a las patronales turísticas en los tres Consejos de Administración de las tres entidades que en mi trayectoria política he tenido el honor de crear, siendo su primer Consejero Delegado. Consejos de Administración que han gestionado tanto los Centros Turísticos de Lanzarote como la promoción turística insular (CACTSA, transformada en EPEL-CACT, y la sociedad mixta de promoción SPEL) y consejeros delegados de estas tres entidades que -por cierto- ha sido bajo mi mandato en la presidencia cuando, atendiendo igualmente a una aspiración de las patronales y a la propia convicción de su conveniencia, han dejado de ser representados por cargos políticos para pasar a ser ocupados por técnicos y, de esta forma, avanzar así en la profesionalización de estas entidades.
Ahora bien, que no confundan las patronales, consideración con sumisión a sus dictados y posición variable en algún caso.
Es cierto que ya en mi visita a Washington, para presentar el proyecto de Lanzarote como experiencia piloto de destino sostenible del mundo, en el transcurso de una reunión de la junta directiva de la Global Sustainable Tourism Council (GSTC) de Naciones Unidas, la patronal turística de la isla expresó su disconformidad con esta estrategia de internacionalización que hemos emprendido las administraciones que representamos en democracia la soberanía popular de Canarias. Ya entonces les aclaré lo que ahora me veo en la obligación de reiterarles. Y es que el Cabildo se reserva el derecho a defender el interés general de Lanzarote en esta lucha, incluidos especialmente los suyos, frente a los intereses exclusivos de tres multinacionales que junto al Ministerio español pretenden manipularnos a cuenta de la balanza comercial española y la dependencia energética, como si el petróleo, de haberlo y explotarlo, pasase a ser español y no de REPSOL y sus accionistas de capital mayormente extranjero.
Y en esta lucha, vamos a seguir defendido esos intereses cuándo, dónde y cómo consideremos oportuno sin necesidad de contar con su aprobación, ni atender a su posición que, insisto y demostraré, ha sido variable en el tiempo. Ojalá pudiera ser con su respaldo como antaño tuvimos, o como hoy tiene el Gobierno popular de Baleares y Valencia, respectivamente, de sus patronales turísticas, o como han advertido también las patronales que representan la intermediación turística de Gran Bretaña, Alemania, Suecia y un largo etcétera. En definitiva, quienes representan al 80% de nuestros potenciales clientes no han dudado en advertir públicamente al Gobierno español del peligro que supone esta industria para los intereses del destino Canarias. Ellos, los grandes operadores y agentes turísticos, sí están defendiendo los intereses de los canarios, a diferencia de lo que aquí ocurre ahora con el posicionamiento de las patronales, aunque -como dije- no siempre fue así y lo acreditaré en este artículo.
¿Hay alguien que tire piedras a su tejado perjudicando a la imagen de aquello de lo que vive?. Por supuesto que no, no creo que en Europa haya absolutamente nadie capaz de confundir una campaña en contra de la amenaza del petróleo, con el anuncio de una catástrofe petrolera que no ha tenido lugar, pero parece que en Canarias sí hay quien lo confunde o lo quiere confundir.
Y nos reservamos ese derecho, al que aludía, entre otras cosas porque, tal y como corrobora un informe elaborado al respecto por el profesor de marketing turístico de la Universidad de Turismo de Lanzarote -hoy consejero delegado de la Sociedad de Promoción Exterior-, poner en valor la calidad medioambiental de Lanzarote y sus aguas, advirtiendo del riesgo que éstas corren, no solo no perjudica a nuestra imagen sino justo todo lo contrario, la fortalece precisamente en aquello que más valoran nuestros potenciales visitantes. Sin ir más lejos, a pesar de mi representación en Washington y de la lanzada campaña de internacionalización de esta causa que emprendimos hace ya algún tiempo, venimos batiendo cifras de afluencia y pretendemos seguir haciéndolo si no se consuma en aguas Canarias la verdadera y auténtica amenaza para nuestra imagen turística que estas patronales ahora no quieren ver, esto es las prospecciones y el desarrollo de una industria petrolera en nuestro archipiélago.
¿Por qué digo que han cambiado de posición?. Sencillamente, porque no es verdad, como afirman, que «estas patronales no se hayan posicionado ni a favor ni en contra de las prospecciones”. Al menos no lo es en el caso de la patronal Asolan, que aglutina el mayor número de camas turísticas en Lanzarote. No es verdad porque, muy al contrario, en el año 2001 cuando se aprobaron por primera vez las mismas e idénticas prospecciones, esta patronal se pronunció emitiendo un comunicado público que pueden leer en el archivo o hemeroteca de cualquier diario digital[1], o en el enlace http://www.labolsa.com/noticias/20011226172748001/asolan-rechaza-las-prospecciones-petroliferas-en-la-zona-maritima-proxima-a-lanzarote-y-fuerteventura/, manifestando en el mismo un inequívoco y rotundo rechazo a las prospecciones. Comunicado que ahora pareció no existir nunca y entonces no debió dañar la imagen turística de Lanzarote, hecho este último con el que sí estoy de acuerdo. Me pregunto, ¿qué habrá cambiado desde entonces?. Pero a priori solo acierto a responderme que éste no es aquel Gobierno central y que entonces ni el ministro de Industria coincidía con el de Turismo, ni éste era el presidente del Partido Popular canario, el Señor Soria. Pero quisiera creer que tales diferencias no tienen nada que ver con su cambio de posición y criterio. Seguro que no.
Desde estas líneas animo a las patronales canarias, especialmente a las turísticas y al Partido Popular, a ser en este asunto de la industria petrolera más consecuentes con los intereses que, a mi juicio, debieran defender de otro modo, como hacen las patronales y los gobiernos de otras comunidades turísticas del territorio nacional frente a esta amenaza, aunque sean del mismo color político que el Gobierno central, prueba palmaria de que ésta no es una guerra política sino de sentido común. A ellas también las necesitamos.