La Concejalía de Desarrollo Rural y Medio ambiento del Ayuntamiento de Agüimes informa de la campaña de recogida de veneno y productos fitosanitarios prohibidos en el ámbito rural que llevará a cabo el Cabildo de Gran Canaria.
El Cabildo de Gran Canaria recogerá de manera gratuita venenos y productos fitosanitarios prohibidos el próximo sábado 10 de junio, una medida preventiva, que pone en marcha por primera vez, y cuyo objetivo es erradicar su uso en el medio rural antes de proseguir con las inspecciones rutinarias.
Las personas que aún posean este tipo de productos podrán depositarlos de 9:00 a 15:00 horas en la Granja Agrícola Experimental del Cabildo de Gran Canaria, ubicada en Arucas, y en el punto limpio de Vecindario.
Esta campaña de recogida va dirigida a particulares ya que las empresas sí tienen obligación de contratar a un gestor autorizado. La estrategia para erradicar el uso ilegal de venenos en Canarias vigente desde 2014 y las acciones para lograrlo se basa en tres líneas: la mejora y centralización de la información, la prevención del uso ilegal del veneno y la persecución del delito.
El Cabildo de Gran Canaria pone en marcha esta campaña debido a que la mayoría de las pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas no pueden hacer frente a los costes de contratar un gestor autorizado de este tipo de residuos. El servicio que ofrece el Cabildo es muy importante para preservar la salud de las personas que trabajan en estas explotaciones frente a los riesgos del veneno y evitar futuras sanciones.
Al ser la primera vez que se lleva a cabo una recogida de venenos y productos fitosanitarios prohibidos en Gran Canaria no hay datos ni estimaciones sobre la cantidad de estas sustancias que pueden estar acumuladas en las propiedades agrícolas y ganaderas.
En una campaña similar, que se llevó a cabo en isla de La Palma los días 26 y 27 de febrero, tuvo como resultado la retirada de 44 bidones de productos fitosanitarias y 38 palés con recipientes o embalajes vacíos.
Tradicionalmente, el veneno se ha utilizado para eliminar depredadores y otros animales que representan un peligro para explotaciones agrarias o perjudican a la actividad cinegética. No obstante, al tratarse de un método no selectivo supone un serio riesgo para especies amenazadas, ya sea por su ingestión directa o por la incorporación del veneno en la cadena trófica, razón por la que su uso se ha prohibido.
También supone una amenaza para la salud humana, ya sea para los agricultores y ganaderos que están en contacto directo con las sustancias nocivas (a través de la inhalación, la afección a la piel, etc.), como por contaminación de los cultivos que luego se comercializan. También puede afectar a los acuíferos por filtración a través del suelo.
