– ¿Desde cuándo lleva funcionando su centro de Podología?
Llevo 7 meses y en ese periodo de tiempo he hecho una reforma total en las instalaciones, dotándola de los medios materiales necesarios y dándole un aspecto moderno y funcional.
– ¿Cómo están siendo los comienzos?
Conservo una gran parte de la clientela de la propietaria anterior, Marta Díez, una clientela con una fidelidad de más de 30 años. Lo complicado es el proceso de adaptación que experimentan los pacientes, acostumbrados a su anterior podóloga, y yo misma, ya que todos tenemos nuestras técnicas y formas diferentes de trabajar.
La cultura de la podología en Canarias es cero y mucha gente no acude a consulta hasta que realmente tienen un problema serio. Hay que concienciar a la sociedad de que así como cada año acuden a revisión al dentista, hay que hacer lo mismo con los pies. Son la parte del cuerpo más abandonada. Supongo que también influye que escuelas de podología hay muy pocas y en Canarias, por ejemplo, ninguna.
– ¿Qué servicios ofrece a sus clientes?
Básicamente todo lo que se puede realizar de tobillo para abajo. A mi no me molesta que me llamen “callista” porque gracias a ello como. El quitar callos es la base del sueldo del podólogo pero te aseguro que no es tan sencillo. También trabajo las plantillas, tanto para niños como adultos y para aquellos que presentan cualquier alteración motora, porque le va a facilitar mucho más la marcha. Tengo algunos clientes con estos problemas y hemos logrado mejorar su movilidad y su vida en general.
Igualmente hacemos cirugía. Mucha gente desconoce que un podólogo puede hacer cirugía y piensa que es labor únicamente del traumatólogo.
– ¿Cuál es su especialidad?
Mi especialidad es el pie diabético. He hecho un master sobre ello y he estado en Madrid con una podóloga de gran prestigio en pie diabético aprendiendo mucho. De todas formas la podología está en continuo cambio y siempre hay que seguir formándose y aprendiendo.
Hay que tener en cuenta que Canarias es la segunda comunidad de España con más casos de diabetes, por lo que cada vez más hay que concienciar a la gente en el cuidado de los pies. Hay un estudio que demuestra que con una buena prevención y cuidado del pie diabético se reducen en un 50% las amputaciones al año. La solución pasa por dar a conocer a estos enfermos que hay tratamientos y soluciones, algo que muchas veces se desconoce, y que hay que seguir un control.
– ¿Qué novedades técnicas utiliza en el centro?
Cada vez más se va orientando el modelo podológico al modelo dental, con consultas estéticamente similares. En mi centro tengo rayos, que creo que ninguna otra clínica lo tiene, lo que repercute en una mayor rapidez en los diagnósticos y por tanto en la aplicación del tratamiento.
– ¿Cuál es la filosofía que inspira el trabajo en su centro, el rasgo distintivo?
Somos un centro integral que trabaja todas las patologías relacionadas con el pie desde diferentes puntos de vista, buscando las mejores soluciones en cada momento.
– ¿Qué objetivos tiene de cara al futuro?
Lograr una concienciación en la gente sobre la importancia de cuidar los pies, sobre todo en los pacientes con diabetes. Yo voy a aportar mi granito de arena e intentar dar una cultura de la podología. La publicidad en los medios de comunicación es vital y a principios de año empiezo a dar charlas por los colegios para fomentar la información y la prevención. Y también que nos vean como a otros profesionales sanitarios.
Lo ideal sería que estuviéramos en el cuadro de la seguridad social porque mucha gente no se puede permitir algunos tratamientos. Yo voy a luchar al menos porque el tratamiento del pie diabético se incluya en la seguridad social.
