El día 25 de febrero, a las 20.00 horas, con entrada libre, se exhibe el citado filme del cineasta chileno, inspirado en hechos reales
La Casa de Colón proyectará el día 25 de febrero, a las 20.00 horas, el largometraje ‘Valparaíso, mi amor’, del cineasta chileno Aldo Francia, en el marco de la programación del ciclo ‘Colón Cinema’, promovido por el mencionado centro americanista, en colaboración con la Asociación de Cine Vértigo.
Francia escribió junto a José Román esta sencilla pero tremenda historia inspirada en hechos reales, que acabó por transformarse en uno de los títulos indispensables del cine chileno. Estrenada en 1969, ‘Valparaíso, mi amor’ participó con gran éxito en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes, Semana Internacional del Cine de Barcelona y el Forum de Berlín en el año 1970. Pese a la notoria influencia de los estilos europeos imperantes en la época (Ando Francia se inspiró en la obra de Alain Resnais, ‘Hiroshima Mon Amour’ (1959) y en el neorrealismo italiano) el director fue capaz de conservar en este trabajo una mirada muy personal que se diferencia de sus posibles predecesores, al intercambiar el dramatismo por una curiosa distancia, mezcla de amable sarcasmo y paternal reproche.
Filmada en las calles del puerto de Valparaíso, con apenas un puñado de actores profesionales y un gran elenco de figurantes, ‘Valparaíso, mi amor’ narra las consecuencias que tiene sobre distintas vidas una discutible decisión de la justicia. Cuando el padre cesante y viudo interpretado por Hugo Cárcamo es detenido y encarcelado por robar vacas, sus cuatro hijos no sólo quedan abandonados a su suerte, sino que deben enfrentarse bruscamente a una nueva realidad: la calle. Obligados a buscar su propio sentido de supervivencia, a lo largo de la película podemos contemplar entonces como los personajes van evolucionando: uno de los niños muere, la niña termina siendo prostituta y los otros dos delincuentes.
El relato recoge el punto de vista de los niños, estructurándose en cuatro episodios que describen su inevitable descenso al mundo de la marginalidad y la delincuencia. Aldo Francia realiza un penetrante y descarnado estudio social, mostrando un Valparaíso distante de los estereotipos turísticos, para revelar una realidad traspasada por la pobreza, la marginalidad y la injusticia.
Aldo Francia Boido nació en Valparaíso en 1923 y falleció en Viña del Mar en 1996. El cineasta y médico, está considerado como uno de los pioneros del cine moderno de Chile. La culminación de su obra como realizador la representan las películas ‘Valparaíso, mi amor’ (1969) y ‘Ya no basta con rezar’ (1972). Fue miembro fundador del Festival de Cine de Viña del Mar, el más antiguo del país. En 1967 organizó la primera escuela de cine chilena.
Desde el año 2010 se desarrolla ‘Colón Cinema’ en el museo americanista dependiente del Cabildo de Gran Canaria, que persigue la difusión y promoción de la cinematografías de América Latina mediante la exhibición -en un marco estrictamente cultural- de una diversidad de obras de todos los tiempos y géneros. La nueva programación de ‘Colón Cinema’ incluye películas producidas en Argentina, España, Brasil, México y Chile.
La película de Aldo Francia que se proyecta constituye la cuarta entrega del ciclo que dio comienzo el pasado mes de diciembre. Las películas que conforman el resto de la oferta de la nueva programación del ciclo son, la chilena ‘El gran vuelo’, de Carolina Astudillo (31 de marzo); la española ‘El clavo’, de Rafael Gil (28 de abril); la argentina ‘Invasión’, de Hugo Santiago (26 de mayo); la mexicana ‘El resto del mundo’, de Pablo Chavarría (30 de junio) y la argentina ‘Idilio’, de Nicolás Aponte (28 de julio).
La oferta de la propuesta ‘Colón Cinema’ se prolongará hasta el mes de julio de 2016, con sesiones de carácter gratuito que darán comienzo siempre a las 20.00 horas. De esta manera, ‘Colón Cinema’ propone un recorrido atrevido por el cine hecho a ambos lados del Atlántico, reivindicando la mirada personal de autores de ambas orillas y operando como una ventana abierta a la actualidad y a la historia, al riesgo incomprendido y al clasicismo incuestionable, pero sobre todo, al buen cine.
